EL CUENTO DEL JARAMAGO.
Había
una vez
en una linde una planta pequeña,
una planta vulgar de primavera. Muy
usual en los ribazos apenas recibía atención alguna. Sus flores amarillas no las usaban las gentes
para adornar altarcicos ni ventanas.
Sólo alguna que otra vez el jaramago aquel, que jaramago era la plantita
de marras, había oído hablar de pasadas
glorias : Campos floridos bajo encinares viejos ; pagos y caminos sin fin;
el contraste morado de marzo: lirios , borragos, violetas …, con los que
el jaramago combinaba en su amarillo limón.
Un día de abril vio nuestra plántula pasar a una
yunta tirando de una carreta
adornada de flores de papel. Acamparon cerca
del ribazo los romeros y contempló cómo
bailaban por sevillanas las mozas y
mozos que la carreta traía. Y violes adobarse de madrugada sobre la yerba recia vecina suya - gramón agradecido y aplastado en el
quehacer de amor - , y se ruborizó y se extasió , y buscó en el aire lo que
ansiaba. Solo que el amor de jaramago - le dijeron - era una espera infinita , un polen misterioso
que fecundaría sus flores sin más .
¿ Y la danza ?, ¿ y el arrullo? , ¿y el gemido? , ¿ y los brazos
entrelazados ? , ¿ y las bocas aquellas de las parejas de la carreta en flor ?,
¿ y el gramón de colchón aplastado ? , ¿ y el sudor de los cuerpos y
de las almas ?… ¿ dónde quedaba
todo ? , ¿ en qué lugar de la botánica
parda decía que el amor del jaramago
estaba fuera de lugar , que era malo ? .
Yo recuerdo al
Padre Amezcua decir que el ímpetu español
de la Conquista Americana estaba
unido a otros sudores menos placenteros . Que Pizarro, Cortés, Cabeza de Vaca y
Magallanes llevaron la fe y la castidad a Países en los que el “Kamasutra
“ reinaba como aquí el Sagrado Corazón . Kilometro arriba, kilometro abajo ,
luego me enteré que lo del Kamasutra
tenia relación con la cama y que eran cosas de la India, pero de la India de
verdad no de la india de Colón.
Los indios de
la India, desde luego, según contaba mi padre, permitieron que los ingleses los
dominaran por aquella degeneración obsesiva del folleteo prematuro. Que si no
hubiera sido por el ablandamiento de la medula ósea , el relajamiento de las
costumbres, la fornicación obsesiva y
alguna que otra lindeza parecida los echan a gorrazos, a los ingleses claro. Que mi padre aseguraba que la médula se
ablandaba con aquellos traqueteos , y que Trento había sido el Concilio de la
España inmortal. San Francisco Javier bautizando millones de catecúmenos con
una regadera, o mejor con una concha peregrina gallega santificada por el Padre
Santiago Matamoros, eran la explicación a todo : al imperio, a Pizarro, a
Guzmán el Bueno , a Cortes, a Canalejas e incluso a Queipo de Llano. Por
explicar la bondad del hecho fehaciente de la escasez de acoples que acongojaba
a la juventud heroica de la post guerra
la leche americana y el desarrollo de los tecnócratas baste con leer las Reivindicaciones de España
de Areilza y Castiella en las que se pedía nos dieran el Vietnam. Pedían los
cabronazos de políticos aquellos que nos dieran el Vietnam nada más y nada
menos por que unos soldaditos hispánicos desembarcaron una vez por aquellos
pagos camino de Filipinas buscando lo que buscaran las criaturas, después de
meses de travesía sin más faldas que el delantal del sargento de cocina. “Apoyo logístico a las fuerzas francesas en
la Indochina” afirmaba Castiella .
España se ha puesto en movimiento dijo Serrano Suñer cuando entramos en
Tánger. Gustó aquello del movimiento,
agradó la palabreja afirmo, lo pusieron con mayúscula , y por pocas . Por el imperio hacia Dios , proclamó
alguien. Viva España. Arriba España, Viva Franco , Arriba el Movimiento …,y el tío Ricardo (
Ricardo Sánchez Hidalgo - hermano de mi
abuelo por más señas ) que exigía el
saludo romano con la mano extendida , abierta , ( hacia abajo claro que hacia
arriba es mendicante y propia de país dominado y colonial . ) mientras sonaba
el himno nacional en la radio a las dos y media. Y si el himno sonaba mientras
estabas comiendo y con la boca llena, pues nada se levantaba la mano pero con
cuidado de no hacer ruido de tripas en tan solemne momento , ni tirar las copas
de agua, eso. Y yo me digo : ¿ por qué el Movimiento iba contra el movimiento
? , ¿ Qué tenia que ver el culo con las
témporas ...? Pues en verdad en verdad
os digo que así era.
En fin, que
el jaramago no alcanzaba teorías tan excelsas . ¿ Que tenia que ver el Imperio
, y España y la Santa Madre Iglesia con el vaivén y el
arrechucho y el besuqueo y el
acople?. España, la tradición , la Falange, Franco , y quinientos años de
decadencia patria exigían empero el polen misterioso y aséptico, la cópula
liviana, la masturbación como escape y la confesión como bálsamo de Fierabrás.
Eso no lo supo
nunca el jaramago aquel, aunque lo intuyó afirmo. Y si no, que se lo pregunten
a las parejas escondidas por los jardinillos del Salón al atardecer, y a los grises mandados por el Cardenal
Parrado para salvaguardar las costumbres vigilando por las Titas y por los
Basilios y por la Bomba.
Yo, de aquella época, o mejor de algunos años más
tarde, recuerdo a un País - España era
por aquel entonces un País y una Nación - en el
que convivían Herrera Oria y Escrivá de Balaguer . Un País en el que
hasta el Papa se decía era rojo, masón,
conspirador y contuberniante, y
en el que en la primera comunión te regalaban el Kempis o Camino o ambos dos monumentos literarios . Y todo
antes de enterarnos de que la Ikurriña existía y la Verdiblanca era parienta de Blas Infante. Joder, joder, joder
…, que para enterarse de todo aquello y ver lo que el jaramago había presenciado había que ir a Perpiñán al cinemascope, por
lo menos.
Así quedó la cosa durante años, y el jaramago creció y sus semillas volaron a otros pagos y la vida brotó en nuevas primaveras,
Pasado el
tiempo y por causas que no vienen al caso llovió intensamente sobre el ribazo
aquel. El agua penetró por las grietas del barbecho y la humedad estremeció las
viejas raíces ocultas y enterradas. Tímidamente , cuidadín cuidadín , allá por
octubre o noviembre, abrieron algún que
otro capullito del jaramago amigo, y
supo que el invierno cierto quemaría las
flores que a destiempo la lluvia
promovía . Al olmo centenario, decía Machado , con las lluvias de abril y el
sol de mayo , algunas hojas verdes le han salido. Al jaramago viejo, digo yo,
en el veranillo del membrillo , le ha salido una flor.
De todo aquel frenesí cultural , o a despecho de
él, de nuestra florecilla nació una
vaina pequeña de semillas fugaces y redondas como puntitos pardos sobre el
terreno seco. Preguntósele al sabio del
lugar, alcornoque centenario del cerro,
qué debía hacerse con una flor extemporánea, con una simiente fuera de temporada
de futuro incierto y poco venturoso. Se hizo un silencio. Recogiose el sabio a
meditar. Maduró la respuesta afirmo, y por fin habló.
Esperaba la
sociedad yerbuna una sentencia ejemplar
llena de considerandos y resultandos; una sentencia que iniciara una línea
jurisprudencial constante, un camino ancho y justo para el Derecho que enseñara
a toda planta a comportarse como debía : se florece en abril; se germina en
mayo , y se muere en septiembre.
Bueno, dijo el alcornoque, pues nada, no pasa nada ; esta es mi
sentencia:
“ Que acaricie el
jaramago de amarillo el color de la paja . Que endulce de pinceladas verdes el
lindazo de tobas y cardos. Que aprenda a bailar sobre sus raíces viejas la
danza eterna del amor. Que haga lo que sepa y lo que pueda, ¡ Que cojones ! . Y
que le quiten lo bailao antes de que llegue la escarcha.”
Y es que el
alcornoque , amigos míos, era auténticamente un sabio , aunque fuera un
alcornoque. Y comenzó el jaramago su lento aprendizaje de danza a las ordenes
del viento y de la brisa , y le salieron posturas armoniosa y gráciles y esbeltas parecidas a
las del dibujo de mi hija que se adjunta:
Sólo, que sus abriles habían pasado y su tiempo se resistían al
bailoteo desenfrenado y acusaba el esfuerzo en demasía.
- Tu tren pasó
hace años ; no se oye ya ni el silbido agudo de la máquina en lontananza, decía la amapola
- ¡ No te da vergüenza !, apostillaba el espárrago triguero. .
- Cada cosa en su tiempo , concluía la ortiga y la lavanda.